En los Juegos de Rol…
Cruzar el Umbral de lo Posible: la confianza y el espacio liminal en la experiencia lúdica.
Por Dr. Cristo Leon, 14 de julio de 2025.
Introducción
En los juegos de rol, cada sesión es una invitación a descubrir mundos y a explorar aspectos de nosotros mismos que rara vez emergen en la vida cotidiana. Sobre esta premisa, propongo la siguiente reflexión:
«Quien confía en el acuerdo co-creado se atreve a cruzar el umbral y habitar lo fantástico, lo extraño e incluso lo incómodo. En ese gesto surge un espacio liminal, suspendido entre el aquí y el ahora y el mundo secundario del juego, donde las narrativas se despliegan en infinitas posibilidades.»— Dr. Cristo Leon, 2025
Esta cita sintetiza una idea clave sobre la naturaleza transformadora de los juegos de rol: la capacidad de generar un espacio seguro y compartido donde podemos desafiar nuestros propios límites creativos y emocionales.
El término espacio liminal, derivado de la antropología de Victor Turner (1969), describe el estado intermedio, ambiguo o transicional entre dos realidades sociales o psicológicas. En el juego de rol, el espacio liminal es la zona «entre mundos» que se crea dentro del círculo mágico, donde los participantes suspenden la realidad ordinaria y exploran nuevas identidades, narrativas y normas. Esto genera un acuerdo cercano al propuesto por Toni Shihvonen (1997) y a las normas para el diseño de objetivos de juegos de rol en línea de Markus Montola (2005).
Acuerdos co-creados
El “acuerdo co-creado” no es sólo una serie de reglas o mecánicas; es un contrato social implícito donde cada participante se compromete a cuidar de la experiencia común. La confianza que se deposita en este acuerdo es lo que permite a las y los jugadores sumergirse plenamente, incluso en situaciones incómodas, extrañas o desafiantes para su identidad cotidiana.
Cuando esto ocurre, surge lo que en antropología se llama un espacio liminal: un umbral entre el mundo ordinario y el mundo secundario del juego. Allí, los roles, las reglas y las narrativas dejan de ser simples ficciones y se convierten en herramientas para explorar emociones, dilemas éticos y posibilidades narrativas. Este espacio permite a los jugadores experimentar nuevas formas de ser y de convivir, dentro y fuera del juego.
Conclusión
Atravesar el umbral hacia lo fantástico no es solo jugar; es un gesto profundamente humano, una metáfora de nuestra capacidad para imaginar juntos y dar forma a futuros posibles. En ese espacio liminal, las historias no solo se narran: se viven, se transforman y se abren a infinitas posibilidades. La clave está en la confianza y en los acuerdos que tejemos entre quienes jugamos, porque son esos pactos los que sostienen y dan vida, una y otra vez, a la práctica del juego de rol.